
es muy duro todo esto. Se añade una novela sin título y sin ganas de escribir y al final lo que se gana es un blog blog del gato dormido: es decir una transpariencia automática donde no está mi profesor de literatura para corregirme: Yo estaba con su mala novela: el día de difuntos en la memoria histórica colectiva y comunidad de la ofensiva de Tembleque.
La ofensiva de Tembleque era como los recuerdos de la vida en un pueblo, desde que me jubilé, que nunca existió, era una vida alegre y desenfadada que no producía ningún tipo de trama ni melancolía ni asunto para novelar: era una vida en Noviembre esperando el Gran Aliciente. En general se aguantaba con ser un borrador involucrado con todo lo que había que aguantarse con todo lo que había pero había que aguantarse y para siempre y para que en secreto te publicaras.
Aunque tampoco tenía la más mínima intención de que me leyeran o que la novela quedara completamente clara. a Yo le dolían los calculos y a eso se atenía, a eso y a la desesperación a eso y al aburrimiento pero todo lo demás era como una ciruela acaramelada y muda.
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