Elevando su voz sagrada, celebran primero la raza
de los Dioses venerables a quienes, en su origen,
engendraron Gea y el anchuroso Urano; porque de
éstos nacieron los Dioses, manantial de bienes.
El Tao que puede llamarse Tao no es el verdadero Tao. El nombre que se le puede dar no es su verdadero nombre. Sin nombre es el principio del Cielo y la Tierra; y con nombre, es la madre de las diez mil cosas. Desde el No-Ser comprendemos su esencia; y desde el Ser, sólo vemos su apariencia. Ambas cosas, Ser y No-Ser, tienen el mismo origen, aunque distinto nombre. Su identidad es el Misterio. Y en este Misterio se halla la puerta de toda maravilla.
+ vien la door de toda la kk
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