miércoles, 12 de octubre de 2011


Hermanas, hermanos, compañeros todos en este tiempo de sombras y luces que combate
y vocación constructora.

Por estas horas un niño cae acribillado en la Sirte rodeada de jaurías con carnet occidental y cristiano.
Si por cada vietnamita los vendedores de democracia han echado 4 toneladas de napalm, cuántas toneladas por cada iraquí han echado, por cada afgano y cada libio?

Y quién sale a decir que todo esto es una barbaridad, quién se atreve a romper el coro encadenado
de las democracias occidentales para mantener la dignidad y ganarse el respeto de los avisados?

No hay más que especulación y miseria humana en los Altos Sillones que Aterrorizan al Mundo.

Las televisoras preocupadas por la libertad no dan noticia, programan bailes del caño, preguntas y respuestas sobre el mundo del espectáculo, anuncian cosas inútiles.

Y el encantamiento surte efecto. Pocas son las voces que llegan a articular la razón más evidente
para el desprecio eterno.

Claro que debemos indignarnos! Pero contra las verdaderas razones del desastre universal.
De nada vale indignarnos detrás de las proclamas apolíticas! Es mentira que la política no sirve para nada! Digamos con valor, celebremos las ideas con ética y justicia: las partidocracias burguesas de las falsas democracias occidentales están destruyendo los pueblos.

Es verdad que la avidez, la desmesura de la codicia, impúdica y terrible, han contaminado las ciudades, esterilizado los campos, marchitado el rio.

Es verdad que el capitalismo no conduce sino a cualquier guerra, anida en el monopolio, salta con su colmillo infecto sobre el hombre, se alimenta del sudor ajeno.

Vamos todos a indignarnos pero contra el capitalismo, contra las democracias burguesas, contra los que refugian la especulación y la ignorancia en discursos "apolíticos", contra los banqueros y sus elegantes lacayos, contra los vendedores de sermones y de paliativos, contra los defensores de la usura
y el esclavismo, contra los fundamentalistas de la guerra y de la venta de armas.

Necesitamos refundar la esperanza en la lucha, labrar el futuro con paciencia de artesano, en la solidaridad más terminante, con la explosión de sol más contudente que es la fraternidad universal.

Aquello que millones de estudiantes en el mundo dicen tuvo su boca en la gran fuerza de los estudiantes chilenos. Y ellos han demostrado que la unidad en la lucha puede detener las máquinas del lucro.

Qué podemos hacer desde la cultura, desde la poesía, sino pensar y actuar utilizando nuestras herramientas para multiplicar el necesario debate, transportar las ideas de casa en casa, abrir territorios de luz para trabajar día y noche por todos los hijos?

sea conveniente releer - o descubrir- aquello que sobre los monopolios nos dijo el Che.
Y actuar en consecuencia, construyendo una fuerza mundial capaz de extirpar de nuestros pueblos la enfermedad capitalista, y volvernos definitivamente humanos.

hasta la próxima!
gabriel impaglion

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